jueves, 25 de septiembre de 2008

“Land 250”, de Patti Smith


Land 250 fue la primera exhibición de arte europea de Patti Smith. En ella se permite a los espectadores participar activamente en la visión del mundo de la madrina del punk: es un espacio dedicado para ser utilizado en la reflexión y la creación. “[Los artistas] soportan sus heridas; es sólo parte de la bendición y la maldición de ser un artista”, ha señalado Smith al respecto. “Me tomó 40 años, mantuve mi promesa a mi hermana. Ese es el subtexto mágico de toda esta experiencia”. Mágica para los artistas y para los espectadores por igual.

El icono del rock and roll y ratificada madrina del punk recuerda la génesis de esta idea: corría el mes de mayo de 1969, Patti Smith llegó a París con su hermana Linda, su cámara y nada más… Vivió en un pequeño apartamento a la vuelta de la esquina. “Conocimos a un cineasta y a un par de cantantes callejeros que vivían en este pequeño departamento”, refiere Smith.

“Dormíamos en el piso. Pegaba mi papel en la pared y dibujaba. Acostumbraba decirle a mi hermana: ‘Voy a ser una gran artista. Voy a tener una gran exhibición en París’. Varias de aquellas obras se exhibieron en la exhibición de la Fundación Cartier Land 250, la primera exhibición de arte europea de Smith.

Para Smith, la música y el arte visual son en realidad dos lados de la misma moneda. “El arte abarca desde la experiencia más preciosa, espiritual e intelectual hasta animar realmente algún momento creativo, principalmente para servir a la gente. Después de todo el rock and roll es realmente el arte de la gente”, dice.

La exposición está dominada por cerca de 200 fotografías blanco y negro que Smith tomó con su cámara de época Polaroid Land 250. Además, incluye bosquejos, artefactos, instalaciones, secuencias de video y documentales que describen su carrera como intérprete, pintora, fotógrafa y poeta desde 1967 a 2007…

Empero, contrario a lo que pudiera pensarse, el rock and roll no es el punto focal de esta exhibición, la cual permite a los visitantes adentrarse en ese laberinto de salones que rinden tributo a las varias influencias de la vida de Smith. El salón del "Mar Coral", llamado así por la elegía en prosa que ella escribió para su amigo de toda la vida y fotógrafo Robert Mapplethorpe - muerto en 1989 - alberga en sus paredes fotografías blanco y negro de artículos que tienen una gran importancia personal para ella: las pantuflas de Mapplethorpe, la cama de Virginia Woolf y la máquina de escribir de Hermann Hesse.

Un salón desnudo está dedicado a la poesía. Los visitantes se sientan en un tapete y ven una película que Smith realizó en tributo al poeta francés René Daumal, en la cual ella describe su muerte en una forma fantástica y como en un sueño. Los espectadores son invitados a escribir su propia poesía en las paredes vacías. La admiración de Smith por Arthur Rimbaud, el poeta simbolista francés del siglo XIX, es evidente en una secuencia en movimiento del documental Dream of Life, galardonado con el Premio Sundance 2008, expuesto al público.

Como mujer joven a finales de la década de 1960, Smith estaba trabajando en una línea de ensamble en Nueva Jersey para cubrir sus gastos cuando descubrió el trabajo de Rimbaud después de robarse una copia de su libro Illuminations de 1875. Esto marcó el inicio de una pasión de toda la vida por la poesía.

El eje central de la exhibición es una instalación que reproduce la misma sala de Smith, completa con los sillones, tapetes Berber, amplificadores y libretas para el uso de los visitantes. Durante la temporada de la exposición, Smith visitó y participó en lecturas de poesías, sesiones de fotografía e improvisaciones musicales.

“Quiero que la gente tenga un sensación de lo que pueden vivir en esta habitación. Es una sala de estar”, dice. Evoca una sutil referencia al ensayo de Virginia Woolf de 1929 A Room of One’s Own, que defendió la libertad personal y artística de las mujeres.

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