“Qué miedo dan las palabras cuando son pronunciadas con claridad, con todas sus letras, con todas sus sonoridades, con sus significados precisos e incluso altaneros. Qué miedo les causa a los reticentes oír a aquellos que hablan sin rodeos, que se suben a las palabras para domarlas como si estuvieran en un glamoroso y eficaz jaripeo. Qué miedo producen las personas que saben hablar bien.”
Víctor Roura
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