viernes, 19 de septiembre de 2008

Una probada de Rory Gallagher...

Referenciemos: grupo Taste. 1966. Rory Gallagher. Norman Damery. Eric Kitteringham. A pesar de ser un trío fugaz, su calidad quedó demostrada con creces. Eran los días en que el auge de los tríos empezaba a tener lugar. Empero, un valor guitarrístico de innegable calidad y virtuosismo saldría a flote. Efectivamente, como en muchos otros casos, el primer grupo es el peldaño necesario para que el solista destaque a posteriori. De ahí, Rory Gallagher habría de extraer todo su potencial.

Una inmensa trayectoria. No son pocos los memorables trabajos llevados a cabo por él. Considerado como uno de los más influyentes rockeros irlandeses y músicos de blues. Influencias declaradas e implícitas en su obra discográfica: Albert King, Son House, Junior Wells… Sonidos claramente con raíz profundamente negra. Estilo. Agitación. Emoción. Todo ello de la mano del bluesman, Rory Gallagher, nacido en Ballyshannon, un 2 de Marzo de 1949.

Gran virtud de Taste: adelantarse a uno de los más admirados y reconocidos tríos de la época y hasta nuestros días: Cream. Quizá por ello, no muchos tuvieron/pudieron concretar la visión necesaria para aquilatarlos en su justa dimensión. Bastaría con la llegada de Clapton y compañía para que, entonces sí, se reparara en el trío como alineación “válida” para las disqueras. Las ventas millonarias de Cream así lo demuestran. Por ende, Taste es aceptado por una disquera. Sale a la luz, consecuentemente, On the boards, primera producción de ellos; de Gallagher y dos nuevos miembros del trío: Charles McCracken y John Wilson.

En ese momento y contexto preciso, Rory Gallagher tiene ya perfectamente bien ganada una reputación a prueba de casi todo: guitarrista soberbio, gran cantante, excepcional compositor... El público repara en esta nueva maravilla. El pero: los comparan, los minimizan por creerlos “imitadores” de Clapton, Baker y Bruce. Al disolverse Cream, la visión que se tiene es que Taste tiene ganado el terreno. Sin embargo, no es así. Gallagher quiere seguir su propio camino... en solitario. Está harto de fricciones. Quiere hacer su propia historia. Taste termina en 1970. Lo que no termina, en cambio, es la gran brecha que hasta entonces ha abierto ya el blues británico. Los nuevos horizontes de la música inglesa tienen, todavía, más camino por delante.

Arrancaba recién la década de los 70, Gallagher empieza su carrera solista con su debut homónimo, Rory Gallagher (1971) y Deuce. Afloraba en ambas producciones la calidad en la guitarra por parte de Rory. Piezas magistrales salían a flote. Posteriores trabajos como Blueprint (1973) y Tatto (1973), así como la producción en vivo, Irish Tour (1974), ratificaban la maestría de Gallegher con su guitarra. La habilidad y virtud del irlandés quedaba demostrada y ratificada en presentaciones en vivo. Durante las décadas de los 80 y 90, respectivamente, Gallagher seguiría trazando una senda harto interesante – y no exenta de influencias para muchos – en las que tendría más altas que bajas.

En su momento, y como anécdota digna de tomar en cuenta por no pocos, cabe destacar que, en su momento, Rory Gallagher fue contemplado como reemplazo de Brian Jones, en The Rolling Stones. Empero, Rory, debido a que prefería trabajar en sus propios intereses musicales… renunció a dicha posibilidad.

No alcanzó ni el rango ni la importancia de las “celebridades” contemporáneas a él. Completamente, una injusticia; sin embargo, gracias a su enorme cantidad de Lp’s grabados, a la par de algunos de los mejores y más incendiarios solos de guitarra, terminó ratificando que siempre fue sinónimo de música cualitativamente intensa... En el consumo de cantidades excesivas de bebida habría de encontrar, primero, una gran cantidad de inspiración; pero muy paulatinamente, en forma inevitable, el fin a su carrera.

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