sábado, 13 de septiembre de 2008

Diálogo entre un piano y una mujer ("The Piano")

Diálogo entre un piano y una mujer: “Se trata de una explosión intrépida y salvaje, sobriamente gótica, de la pulsión romántica”. Así, en esos términos refirió y sintetizó la directora Jane Campion a su largometraje The Piano (Australia/Francia, 1992). La película de Campion es un anhelado proyecto, anterior incluso a su primer largometraje. Si ya de por sí era poco usual dar tanto protagonismo a la música en una película, más aún lo era que esa música se convirtiera en el diálogo de la protagonista con su entorno.

El personaje principal (Ada) es un ser harto extraño: perdió/abandonó el don de la palabra cuando infante. Convirtiendo con ello a su piano en su mejor amigo. Madre de una hija sin padre. Sale de una sociedad victoriana para enfrentar a su esposo. Se deja ser a punto tal que permite con ello afloren todos sus impulsos sexuales.

La relación que Ada ha de iniciar no tiene otro destino que el de verse convertida en una abrasadora pasión. No habrá de detenerse ante tabúes ni convencionalismos sociales de la época. ¿Por qué no? Raíces autobiográficas. Mismas que permiten al espectador interrogarse/descubrir pasado y tradiciones culturales más allá de los propios personajes de la cinta. Nueva Zelanda. Siglo antepasado. Lo más lejano a Europa en lo concerniente a costumbres. Jane Campion efectuó un gran acierto al momento de llevar el rodaje de la cinta a dichas latitudes. “Siento afinidades entre mi cinta y las pasiones que describe Emily Brontë en Cumbres Borrascosas”, ha confesado Campion.

A Campion, se le agradece, además, hacer un abordaje, una exploración intrépida, salvaje, con marcados tintes góticos, una visión muy personal de lo que ella entiende por la pulsión romántica. Fortuitamente, su visión de lo novelesco, sobre todo al momento de llevar dicho concepto a la pantalla grande, no es el mismo, convencionalmente hablando.

La fotografía de Stuart Dryburgh recrea y capta en forma por demás extraordinaria el paisaje neozelandés (la escena con la que abre la película y aquella otra en la cual Ada, la protagonista principal, se “lanza” al mar con su piano son un ejercicio iconográfico de lo más poético que haya visto en fotografía de cine). Esto, al margen de las atmósferas que se van creando para el desarrollo de escenas puntales en la cinta.


Obviamente fundamental, es el caso de la música de la película. El trabajo efectuado por Michael Nyman es excelso. Nyman, músico de cabecera de Peter Greenaway, es el responsable directo de la creación de todas las ejecuciones que Ada habrá de ejecutar en su piano. El álbum fue nominado para el premio "Golden Globe" a la Mejor Original Score.

Las composiciones de Michael Nyman para la película de Jane Campion produjeron una de las bandas sonoras más exitosas de todos los tiempos. The Piano ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes 1993, para ser galardonada un año más tarde con varios Óscar. El rol de Holly Hunter como Ada, la protagonista de la película, era el de una mujer que había elegido ser muda y comunicarse a través de su piano.

La versión desarrollada a partir de la banda sonora es la que Nyman decidió grabar para su propia edición definitiva en los estudios de Abbey Road de Londres. Ratificaciones: las piezas para piano otra vez conforman un diálogo. Sí. Sólo que en este caso el diálogo es puramente musical, entre el pianista y la orquesta, en vez de accionar como un sustituto para el habla como hacía en la película.


(Con ayuda de este soundtrack enamoré a KLAUSS, la mujer de mi vida...)

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