domingo, 24 de julio de 2011

"Trainspotting" y el desafío a la audiencia...

Trainspotting es un retrato magnífico de la "pérdida" de generación. Clásico de culto instantáneo tanto para su director como para los actores del reparto principal. El soundtrack (Iggy Pop, Lou Reed, Underworld y muchos más) acorde con expectativas.

La cinta toma su nombre de esa ociosa actividad por parte de la juventud escocesa, de identificar y memorizar los horarios de los trenes. Una metáfora apropiada para la adicción a la heroína - algo que finalmente mata el tiempo.

La película cuenta la historia de un grupo de amigos de Edimburgo, quienes rechazan una forma socialmente aceptable de vida en pro de un estilo de vida alternativo. Renton, Sick Boy y Spud son adictos a la heroína. Begbie es un psicópata violento. Tommy, con sus adicciones al alcohol y los cigarrillos, tiene un profundo desprecio por esta sociedad. Todos ellos viven de pequeños robos ocasionales, se la pasan perdiendo el tiempo y parecen estar perfectamente contentos ¿O son sólo máscaras para ocultar la ansiedad, el dolor y el vacío que sentían en su interior?


Difícil, en verdad difícil, no sentirse fascinado por esta variada colección de maleantes, especialmente con un elenco que se queman en la pantalla, cortesía de un guión ácido.

En el trayecto de la cinta empezamos a observar que - en los raros momentos de sobriedad de estos amigos en común - todos tienen sus dudas sobre las elecciones que hemos hecho. Renton constantemente trata de conseguir heroína. Sus esfuerzos son minados por Sick Boy, con éxito en cada ocasión, sólo para mostrar la facilidad con que lo puede conseguir. También se da cuenta de que la única cosa que falta en su vida es el sexo y, posteriormente, se embarca en una aventura con Diane (Kelly McDonald), quien también tiene su pequeño secreto. Sick Boy sueña con concretar una gran venta de droga que lo haría rico. Mientras tanto, Begbie y Spud se meten en problemas con la justicia, causada por una inclinación natural a la violencia y la apatía total, respectivamente. Tommy, irónicamente, se vuelve adicto a las drogas, al tiempo en que sus amigos “se limpian de droga”, después de ser abandonado por su novia.


El director Danny Boyle dirige con glamour y ritmo, así como con la ayuda de una banda sonora inspirada. Así, produce una película brillante y con la ambición. El papel central de la película está en manos de un muy seguro de Ewan McGregor (Renton). En su interpretación de adicto a la heroína permite se le ubique en su mejor momento. Él está consciente de lo patético de su adicción, aunque totalmente fascinado con sus "pasones".



Los cambios de humor severos proporcionan lo mismo momentos oscuros y angustiantes de la película, no exentos de hilaridad. En el extremo más deprimente de la escala está el “bebé zombi”, mientras que en el plano de la comedia tenemos la escena del baño. Esos son sólo un par incidentes extremos en una película que, claramente, se atreve a desafiar a la audiencia.



En la triste colección de los amigos de Renton, encontramos a no pocos ejemplares que despiertan nuestra simpatía: Begbie (Robert Carlyle) el psicótico que se deleita con la violencia; Sick Boy (Jonny Lee Miller) el tipo que comercia con las drogas sin piedad alguna; y Spud (Ewan Bremner), quien es, para su desgracia, un perdedor…

Ingenio, originalidad y éxito asegurado en una sola dosis. Un equipo de trabajo: el escritor John Hodge, el productor Andrew McDonald, y el director Danny Boyle. El resultado: Trainspotting.

Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un pinche televisor grande. Elige lavadoras, coches, equipos de CD y abrelatas eléctricos. Elige buena salud, Colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige tu primera casa. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas que combinen. Elige pagar a plazos un traje de tres piezas en una amplia gama de putos tejidos. Elige el bricolaje y preguntarte quién cabrones eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca con pinche comida basura. Elige pudrirte de viejo. Cagándote y meándote encima en un asilo miserable siendo una carga para los hijos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida. - Pero, ¿por qué iba yo a querer hacer algo así? - Yo elegí no elegir la vida. Yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?