sábado, 23 de agosto de 2008

Echo and The Bunnymen, ¿otros cuatro de Liverpool?

Las décadas transcurren en Liverpool… aún después de The Beatles. Curiosamente, también a las orillas del Río Mersey. No se trata de agregar, simplemente, bagaje a las clases de escuela en esa y otras zonas; tampoco para los propensos a hacer de la música una materia de por vida; o, en su defecto, simplemente, el hecho de alardear por alardear, incluso con poses intelectualoides. Este puerto, empero, acepta el reto de ver cruzar más y más “camadas” de jóvenes musicales que reten a ésa inercia que forjaron muchos referentes de/en los años 60.

¿Qué hay mucho del espíritu chocarrero en las nuevas agrupaciones de la zona ya mencionada? Sí, para que negar lo obvio. Lo cierto, en cambio, es que muchas de ellas trabajan verdaderamente una propuesta que, a fuerza de pulirla de constante, tiene que llegar a evidenciar un sello propio.

Echo & The Bunnymen es un grupo con trayectoria: tienen su génesis en un Liverpool postBeatle. Concretamente, a finales de 1978. Flotaba en el ambiente de aquellos días una especie de hibridación entre el punk -que cabalgaba a cien por hora- de la mano con un beat que siempre ha estado presente en la juventud local.

Echo & The Bunnymen tienen – qué remedio - no poco de influencia de ese fantasma Beatle que seguirá deambulando Liverpool. En descargo de ellos hay que considerar, esencialmente, que trabajan en su propuesta musical sin más pretensiones que las de darse gusto a ellos mismos (por onanista que suene el término). Sí, es un grupo pop. Opera sobre aguas tranquilas, deambula sobre superficies sin mayor complicación… Pero es una propuesta fresca, viva, vigente… a pesar de todo. Hay que subrayar, cual debe ser, que Echo & The Bunnymen nunca se propusieron cambiar la historia de la música. Aunque ello no les reste méritos para que, a la fecha, sean ubicados como la banda más emblemática del denominado post punk.



Influencias de/en la banda de Echo & The Bunnymen: The Doors y The Velvet Underground… Considerados en su momento la respuesta de Liverpool a Joy Division, los Bunnymen terminaron siendo un excelso regalo para la música de ésos días. A la postre, terminarían influenciando a no pocas generaciones con un sonido melancólico y atractivamente oscuro.

Ian McCulloch, líder indiscutible de la banda, guiará a estos "hombres conejo" a través de grises y brillantes rutas musicales. A su paso han de encontrar psicodelia en oscuras concentraciones, no exentos de frescor pop, a la par de melodías interminables. Guitarra con sello y tono distintivo en Will Seargent. Esto se combinó, inevitablemente, con la llegada de la experimentación cada vez más y más profunda. Les Pattison trabajaba en coordinación ideal con su instrumento, el bajo: cadencias con altibajos firmes y seguros. La batería de Pete de Freitas: acompasamiento justo y perfecto acompañamiento en ritmos e improvisaciones. Sí, en apariencia, sólo son otros cuatro de Liverpool. No lo creo. Tienen no poco material que es digno de escuchárseles. El reto está ahí, Echo & The Bunnymen lo han planteado bien.

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