martes, 19 de septiembre de 2017

*Celebraciones

(A Rockdrigo González)

I

Te conocí en las banquetas de San Fernando, allá por la zona de hospitales. Me tendiste la mano y vi tus dedos amarillos de nicotina, devolví el saludo y listo, el cosmos nos había juntado. Era de tarde, cargabas una guitarra; también traías un arnés para armónica, un aura casi violeta te circundaba de pies a cabeza. Yo iba envenenado de circunstancias harto verdes y me pediste que compartiera. A las seis, tú y yo ya estábamos bien circunstanciados, pero queríamos más introspección y fuimos por una caguama. Traías un ato de rolas sobre el hombro, yo sólo cargaba mi piccolo en tono de la, unos blues recién horneados en casa, los ojos rojos anochecidos en ese pedazo de ciudad sucia. Resonó tu voz gangosa en la bóveda celeste; cuando pausabas, besabas la armónica y enseguida, aquella letanía melodiosa fluía con fragor 'filo-sófico' pidiendo a la ciudad te escuchara y la ciudad ruidosa se silenciaba. Me uní a ti haciendo dobleces desde mi fuelle pulmonar a las notas con mi piccolo, te detuviste, echaste a un lado la guitarra; en segundos, dos armónicas frenéticas tumbaron portones y murallas, reconstruyeron nuestras personalidades rotas.
Después nos jalamos cada quien pa' su rumbo...

II

Cuando te echamos tierra tú ya eras Dios. Compartimos la caguama del mismo cuello de botella; cotorreamos, fumamos mota y tambaleante fuiste a chocar con tu destino. La ciudad estaba encimada sobre ti ese ingrato viernes. Te busqué arañando, revolviendo aquel vómito de tierra, pero los aullidos de los perros, como nunca, fueron terriblemente certeros: habías muerto.
Amigo, hoy sueño sobre ti y la mar agitada de tu Tampico: hoy toco el dobro de mis celebraciones en tu memoria.

Blues y Luz

José Cruz. 19 de Septiembre.


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