Sucede que, como parte de un proceso compilatorio
universal, el tiempo, también, marca. Entre márgenes y márgenes de maniobra, se
permite, sí, colocar pequeñas, casi imperceptibles, pestañas de referencia a las
que retornaremos tiempo, con desplegada inercia mediante, a procurar revivir un
evento mágico-referencial que haya trascendido los monótonos estatismos de la
vida. Cierto, en esto ya hay un apotegma tornado poesía ilustrativa: "El
tiempo es el mejor antologista". No lo dije yo, obvio. Empero, sí fue, en cambio, el
gran Jorge Luis Borges. Lo sabemos de cierto, Dylan...
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