Era amigo de Bob Dylan, Jimi Hendrix y John Lennon, entre
otros. Era el multiinstrumentista que obsequiaba a las composiciones de los
Rolling Stones su gusto impecable, transformando buenas canciones en
maravillas. Era el hijo de una familia acomodada que dejó la vida apacible de
Cheltenham para tocar jazz y blues en Londres. Era el semidiós talentoso de
melena rubia, pantalones de terciopelo y sacos de piel que viajaba a Marruecos
con sus novias esculturales. Era, sí, el hombre que ofrecía una dimensión más
abierta y experimental a la música de los Rolling Stones. Era, ni más ni menos
que Brian Jones, el Stone incomprendido...
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