Fascinante la etimología de la palabra “nightmare”.
Ciertos vocablos son intraducibles sin el auxiliar de un neologismo o una nota
al pie que ilustre aquello que se pierde en la traducción. El vocablo nightmare tiene una cualidad nocturna que se pierde en español. El sufijo mare puede aludir a un espíritu maligno que se monta en uno mismo y provoca
que los sueños vayan mal, o puede ser una manera de nombrar a las yeguas. Nightmare, entonces, puede ser pesadilla o yegua nocturna. La segunda imagen
no aparece en el vocablo español, pero en la palabra inglesa conviven ambas
acepciones - y son, por demás, sugerentes…
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