Gavin Wiesen, en su primigenia ópera, (The Art of
Getting By – 2011) proyectó y concretó un firme deseo de romper moldes en pro
de hacer un retrato original, muy suyo, de un joven que se encuentra en el más
difícil tránsito de la vida: el que conduce del fin de la adolescencia a la
condición de adulto. Así, rezumando autenticidad se nos pone en contacto con un
ser reconocible, de carne y hueso, con un muchacho incomprendido y solitario
que trata de abrirse camino sin ayuda externa. En el mundo de Wiesen, los
padres son patéticos avatares del fracaso adulto, en tanto que los profesores,
de forma refrescante, son los adultos, genuina y desinteresadamente,
comprometidos con los intereses de sus estudiantes - incluso cuando estos se
interesan en nada. (…Y los estudiantes, en su mayor parte, evaden los típicos
estereotipos escolares)
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