martes, 3 de octubre de 2017

Las Capas Estilísticas de Alan Parsons...

Ha atravesado todas las capas estilísticas de la música. Se ha desempeñado en todos los rangos posibles que pueda abarcar el escalafón del show-business. Comenzó como asistente, después sería el adjunto del ingeniero de grabación, más tarde le permitieron ser ese ingeniero, cuando se transformó en productor fue quien comenzó a darle órdenes al ingeniero, y finalmente se convirtió en artista.

Ingeniero del disco Abbey Road con The Beatles, trabajó con The Hollies y con Paul McCartney. Responsable de haber montado la compleja ingeniería sonora de The Dark Side of The Moon, de Pink Floyd. Posteriormente, creó su propio grupo, The Alan Parsons Project. Corría el año de 1976 y Parsons fraguaba una idea: llevar a un álbum los cuentos de Edgar Allan Poe. Con su manager y amigo, Eric Woolfson, le fueron dando forma a esa idea.

"Estaba muy lejos de mi mente que mi nombre fuera la identidad del álbum. La idea era llamarlo ‘Cuentos de misterio e imaginación’, tal como se llamó, y con algún crédito que dijera ‘producido por Alan Parsons’. Fue una idea del jefe del sello, que nos dijo que quería llamarlo The Alan Parsons Project, como lo llamaban ellos: ‘El proyecto de Alan Parsons’. Nunca pensé que sería la identidad de un grupo por diez años."

Merced a su ingeniosa adaptación del universo de Poe a un concepto "progresivo-electrónico", Tales of Mystery and Imagination que se profundizó aún más en el siguiente trabajo del proyecto: I, Robot, basado en el libro de Isaac Asimov. Vendrían después una serie de discos conceptuales como Pyramid (1978, sobre las pirámides), Eve (1979, sobre las mujeres) y The Turn of A Friendly Card (1980, sobre los juegos de azar).

La entrada de Alan Parsons a la historia musical fue por la puerta dorada: la de los estudios Abbey Road en Londres, en 1969: "The Beatles grababan lo que después sería Let It Be, en sus propios estudios; era un lugar que estaba lleno de cosas inservibles, entre ellas, una consola confeccionada por Magic Alex, un personaje que solía venderles inventos a The Beatles, ninguno de los cuales funcionaba, y por supuesto, a la hora de la verdad, esa consola no servía para grabar ni una conversación. Entonces George Martin llamó a Abbey Road para pedir que le mandaran un equipo decente y yo fui el encargado de que la consola llegase a las manos correctas."


Los servicios de Parsons volvieron a ser requeridos, sí, ahora para Abbey Road, el disco final del cuarteto de Liverpool. "Obviamente, yo estaba en el cielo al encontrarme trabajando con The Beatles, estaba al comienzo de mi carrera y era un gran momento para mí. Pero, definitivamente, The Beatles no eran felices en ese tiempo. Pero el período de Let It Be fue más difícil; en Abbey Road uno sentía como que las cosas no estaban del todo bien entre ellos, pero no más que eso. Yo creo que la tensión que había se percibe más si uno mira las fotografías de la época, que si uno estaba dentro del estudio."

"Comencé a trabajar con The Hollies cuando Graham Nash dejó el grupo; estuve en la grabación de ‘He ain’t heavy (He’s my brother)’, en la que Elton John tocó el piano. ‘The air that I breathe’ fue lo mejor que hice con ellos y seguí trabajando con la banda hasta los años ’80". Parsons, por ser parte del staff de Abbey Road Studios, nunca se apartó de todo del núcleo beatle y grabó a Paul McCartney.

"Paul estaba contento con Wings en ese momento. Yo trabajé un poco en Wild Life, y grabé casi todo Red Rose Speedway, que fue más un disco de Paul McCartney que un trabajo grupal, a decir verdad." Las cosas recién estaban comenzando para Alan Parsons, quien ya había trabajado con Pink Floyd en su disco Atom Heart Mother, y por los resultados obtenidos le confiaron a sus manos la grabación de un nuevo álbum.

"Era un material que ellos ya habían consolidado en vivo", explica Parsons, "que en un comienzo se llamó Eclipse. Yo no diría que es algo que fue mutando sino que se fue perfeccionando a medida que ellos iban grabando. Yo simplemente traté de que todo estuviera bien grabado, pero al haber un concepto específico para cada canción, no podíamos evitar sugerencias que después pasaron a la cinta. Como los relojes en ‘Time’, que preferí grabarlos yo mismo en una tienda de antigüedades, antes que usar esos espantosos discos de efectos. Lo mismo sucedió con los pasos de ‘On The Run’, que son los de nuestro pobre asistente al que tuve durante una hora caminando de aquí para allá por el estudio para poder lograr el sonido correcto".


Lo sabemos: The Dark Side of The Moon es, a la fecha, la obra cumbre de Pink Floyd, en un disco que definió a su tiempo, que lo sobrevivió y que también lo estandarizó: aún hoy continúa siendo una referencia en el marco de la historia de la música de rock.

"Es habitual que me pregunten si teníamos conciencia de lo que estábamos creando mientras lo íbamos haciendo, pero la respuesta sigue siendo que no lo sé a ciencia cierta. Creo que todos sabíamos que el disco era especial, y de hecho creo que continúa siendo el mejor disco de toda la carrera de Pink Floyd. Pero nadie de nosotros hubiera imaginado que ese disco todavía seguiría siendo pasado por radio cuarenta años más tarde."

Por ese disco, Alan Parsons ganó un Grammy, el primero de su carrera, y se dio cuenta de que la etiqueta de ingeniero le quedaba chica y que se había convertido en un productor, cuando ese empleo era propio de gente mayor como Phil Spector o su ex jefe, George Martin.

Empero, llama la atención que haya declinado continuar con Pink Floyd y en cambio aceptar producir a Pilot, una banda nueva formada por dos ex miembros de Bay City Rollers, pero "el trabajo de un productor es considerar un material y proyectar qué es lo que se puede hacer con él. Hay una canción de Pilot, ‘Just A Smile’, que me convenció, pero el éxito de ellos fue ‘Magic’ (ultrahit de 1975), y mirando todo en retrospectiva esa canción figuraría en una lista de lo mejor que hice junto con ‘Breathe’ de Pink Floyd y ‘Music’ de John Miles".


Con la llegada de los años ’90, The Alan Parsons Project llegó a su final. Alan Parsons y Eric Woolfson siguieron caminos separados. Parsons dejó pasar unos años y finalmente se animó a tocar en vivo con su Live Project. Parsons ha optado por disfrutar a un costado, tocando su guitarra acústica o eventualmente algún teclado.

Si bien sigue disfrutando ocasionalmente del escenario, con esporádicas giras, con Arts & Science of Sound Recording ha vuelto a ocupar su lugar de ingeniero, aunque desde un punto de vista de docente en la materia. 

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