domingo, 12 de octubre de 2008

Página en blanco

Enfrentar la página en blanco con no más que un silencio más hondo, el vacío inenarrable de la voz que, no teniendo nada mejor qué decir, se contenta con el balbuceo. ¿Callar, entonces? 


¿Apoltronarme en el hueco que se, gentil, ofrece entre una y otra grafía? ¿Insertar entre la forma reflexiva de un pronombre, y un verbo, un sustantivo, obligando pausa al que lee reverente? Les digo esto desde una confusión más honda, que por este solo bien se me permita retomar el aullido y aguzar las formas, que reviente en un grito capaz de sostenerme, capaz de puente o peldaños, desde la otra orilla hasta el fondo en que me he llegado, arrojado sin fin, y que, sin embargo, recomienzo cada día; dejad que todo me abandone menos el canto, y ser, todavía, la roca en que (el mar) revienta las olas.


(Eduardo Oláiz)

No hay comentarios: