domingo, 19 de noviembre de 2017

Sin tiempo para pesos muertos...

Nosotros estábamos más que contentos con que Brian no diese señales de vida en las sesiones de Beggar's Banquet (1968), porque cuando no estaba se podía trabajar mucho más. Y por supuesto, estaba el asunto de Anita – había sido su novia, pero ella se enamoró de mí, y yo de ella –, que probablemente fue la gota que colmó el vaso en la relación entre Brian y los Rolling Stones. Creo que él ya había decidido que no quería formar parte de lo que estábamos haciendo. Se le iba la cabeza con sus ideas grandiosas: "Voy a componer y producir, voy a hacer películas". Eran todos cuentos de hadas. Era una pesadilla, para ser sincero. No teníamos tiempo para acomodar a un pasajero tan difícil. Esta banda no podía soportar ningún peso muerto –ninguna banda puede– y al mismo tiempo era como si Brian intentase joder a los Rolling Stones no presentándose a las sesiones de grabación. Se creía tan importante... Quizá debido a su baja estatura.


Keith Richards, en According to the Rolling Stones. 

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